Una comunidad Servidora del Proyecto de Jesús: hacer que todos y todas tengan Vida y Vida en abundancia.
Es sensible a las injusticias que provocan la exclusión de hermanos y hermanas, que responda comprometiéndose a estas situaciones de marginación, luchando contra las causas de la miseria.
Valora el trabajo como don de Dios para colaborar en su obra creadora.
Una comunidad donde cada persona sea artesana de su propio desarrollo, donde cada uno y cada una podrá ser él y ella misma.
Vive relaciones personales verdaderas y cálidas, construidas en una actitud de infinito respeto sin rechazo y sin exclusión.
Permite una experiencia espiritual y apostólica suficientemente rica para ser misionera y evangelizadora.